Goa: Influencias a la Carta

Era de esperar que en una región tan particular como lo es Goa dentro de la India, las diferencias se hicieran notar a la hora de comer, y así es.

 Por supuesto, en gran parte se debe a la influencia portuguesa, y por obra y gracia de su colonización, el alcohol no está prohibido, y el vino se consume con normalidad acompañando a la comida en los restaurantes de comida goesa o internacional. Incluso elaboran tintos locales, unos con más fortuna que otros… Por lo poco que probé, los secos se pueden beber aunque no sean sensacionales. No puedo decir lo mismo de sus “Porto”. El que probé era un moscatel tan vulgar que aquí no lo querríamos ni para vino de misa.

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Comida en el Spynick

Hasta tienen Arrak, una especie de aguardiente, de caña o de anacardo que tiene pinta de ser bastante peligroso.

También el consumo de carne y pescado es mayor así como las especialidades en su preparación. Hay restaurantes estilosos y caros cuya carta se limita a las recetas locales pero mi bolsillo me aconsejó limitarme a opciones más asequibles.

En general, al pescado y al marisco lo esconden bajo tal cantidad de especias que casi no se les reconoce, y curiosamente, no es porque no lo puedas encontrar fresco fresquísimo en el mercado. Fan como soy de la cocina india, admito que con el marisco no me han conquistado, y con el pescado… poco, diría que la galleguidad costera me ha acostumbrado a unos estándares de calidad y sabor en estado puro que me hacen poco proclive a otros experimentos si no fuera porque lo que hacen chinos y japoneses con los animalitos del mar al llevarlos a la mesa sí me gusta.

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Máquina de Zumo de Caña

Pero mi descubrimiento gastronómico en Goa no fue tanto la comida o el Masala Chai, de los que no tengo queja gracias al buen hacer de mi amigo Edmond, del Spynick en Miramar, sino el zumo de caña… Quién me iba a decir que cuando espachurras bien la caña de azúcar sale un líquido espeso, casi transparente y dulce aunque menos de lo que podrías esperar. Hay puestos ambulantes por doquier. Mecánica colorista digna de Willy Wonka, en la que a la golosa bebida le mezclan lima, si quieres hielo y a veces jengibre, todo un aporte energético y bastante sano, ya que el dulce está sin refinar y a él se unen no pocos minerales y vitaminas. Un vaso por tan solo 10 rupias (aunque discriminándote por el color de tu piel te pueden pedir bastante más)

Eso,  y la lima dulce y salada, que viene siendo echarle sal y lima a un refresco de soda, vamos un Acuarius menos dulzón y de andar por casa… y el té con leche y jengibre, por el que no habría apostado jamás y resulta que está bueno.

La zona es además la principal productora de anacardos de la India. Los frutos secos de calidad no son baratos y quien tiene buen producto, vende el anacardo de Goa. Es fácil encontrar tiendas dedicadas casi en exclusiva a esta semilla comestible y sus derivados.

Verduras en el Mercado de Panjim

Verduras en el Mercado de Panjim

También el tamarindo y las especias abundan y se venden en el mercado a granel o envasadas.

Otro punto a favor de Goa es el chocolate… la producción repostera de la zona no se limita al repertorio indio, de por sí amplio pero cuyo repertorio de sabores se nos antoja extraño mucha veces a los paladares occidentales, con lo que es fácil encontrar brownies, galletas y otros pasteles, como los de banana, muy sabrosos, y que si no son caseros y naturales, desde luego lo parecen.

En resumen, en Goa es fácil encontrar el repertorio clásico de la comida india, ya no tan del sur, y no sólo vegetariana, pero también la fusión autóctona de la cocina goesa, los pescados y mariscos, una buena oferta de cocina internacional tanto en el casco urbano como en las playas, y para quien le guste, restaurantes de “comida rápida” de varias marcas muy conocidas.

Vamos, que en Goa podrás comer aunque no te guste la comida india o te hayas cansado del arroz, acompañarlo de una copa de vino o una cervecita, y además tomar un buen postre. ¿Qué más se puede pedir? Ah sí, un zumito de caña a media tarde.